Emprender en comunicación [reseña libro]

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El emprendimiento en comunicación

Actualmente el mercado de la comunicación puede definirse como un escenario muy cambiante. El hecho de que haya aumentado el número de medios de comunicación en los últimos años, y, quizás, haya crecido su rol social, no implica que esto se haya traducido en que los puestos de trabajo sean más, ni en que sean mejores. Probablemente todo lo contrario: cada vez hay más precariedad en el sector y las cifras de desempleo son más altas. Así lo confirma el Informe de la Profesión Periodística 2019 realizado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). No obstante, la precariedad laboral y el paro descienden al segundo puesto, mientras que la mala retribución del trabajo se coloca en la cúspide en la clasificación de los principales problemas de la profesión. Detrás de estos problemas están: la falta de rigor y neutralidad en el trabajo, la falta de independencia política y económica, y la falta de tiempo para elaborar la información; es decir: los males de la inmediatez. Por tanto, el contexto ayuda, coadyuva y es proclive para crear un clima proemprendimiento.

Pero, en este entorno encontramos ciertos elementos positivos propios de las profesiones vinculadas a la comunicación, desde Comunicación Audiovisual a Periodismo o Publicidad y Relaciones Públicas. El escenario es tan cambiante que las capacidades de adaptación, de reinvención y de renovación continua se convierten en un valor añadido. Si a esto se le suma la bajada de los costes y democratización de las nuevas tecnologías, así como las herramientas digitales al alcance de muchos bolsillos, podemos ver que existe cierto marco teórico y práctico para que el emprendimiento sea una salida real. ¿Y qué hay que tener en cuenta para emprender en comunicación? Aquí exponemos algunas de las cuestiones que no se deben pasar por alto:

  • Cree en ti mismo, pero ten los pies en la tierra. Para emprender hace falta poseer unas características personales. Entre ellas, tener iniciativa, capacidad para afrontar los riesgos, autodisciplina… Junto a esto, es necesario buscar las herramientas para saber si realmente tu proyecto es viable.
  • No todos pueden llegar a ser Icíar Bollaín, Mónica Moro o Julia Otero. No todos pueden presentar un informativo de televisión nacional o dirigir una multinacional de publicidad, ni vender un proyecto a Hollywood. Los medios tradicionales son muy limitados y también tienen sus plantillas. Eso no quiere decir que no sea una salida profesional, pero no la única. Hay que poner los ojos lejos de esto.
  • Si tienes un móvil y conexión a Internet ya tienes las herramientas para llegar a más gente que un periódico. Tenlo en cuenta a la hora de crear tu proyecto de comunicación.
  • Las grandes empresas de comunicación tienden a subcontratar. Una pequeña empresa, ser freelance o autónomo puede ser una buena alternativa para ofrecer tu producto.
  • Es sabido que un periodista vale lo que vale su agenda, y esto es extensible a otras parcelas del sector comunicativo. Por ello, haz agenda. Si acabas de salir de la facultad y tienes una gran idea, muévete antes, conoce el terreno, haz contactos, conoce el escenario en el que te vas a mover, etc. Esto te va a servir para conocer a los mejores en tu campo, para ver qué te puede distinguir de ellos e incluso para relacionarte con ellos y poder formarte o conseguir sinergia empresarial.
  • Sinergia. No minusvalores la colaboración con otras personas. Cualquier alianza puede ser interesante, no desprecies la posibilidad de colaborar con personas u organizaciones más pequeñas que tú.
  • Especialízate y fórmate. Si tienes una idea, intenta ser el mejor en esa parcela; estudia, fórmate, intenta de alguna manera ser referente de lo que haces. Entre la multitud, el que se distingue cualitativamente vence.
  • Lean startup. Se aconseja hacer un pequeño experimento. Algo que servirá para que ahorres tiempo y dinero. La idea es realizar un plan de negocio y que se presente un producto mínimo viable en el mercado, ver cuál es la respuesta y comprobar así si la hipótesis de partida es adecuada.
  • Design thinking. Se trata de crear productos y servicios que tiendan a satisfacer de la mejor manera las necesidades de los usuarios, haciéndolos parte activa del proceso de creación.
  • La comunicación es fundamental para emprender. Es necesario venderse; presentar lo genuino de tu producto y comunicar el proyecto son claves para que tu idea tenga éxito. Todo esto acompañado de la imagen que se quiere proyectar. Por ello, el marketing, la publicidad y la comunicación son elementos fundamentales para la nueva empresa.
  • No tengas vergüenza en convertirte en un empresario, además de ser un buen comunicador. «Los periodistas que aprenden a transformarse en emprendedores con habilidades y conocimientos comerciales van a definir el futuro de la industria» (Manfredi-Sánchez, 2015).

Medios de comunicación que comenzaron en una habitación de un piso compartido; cámaras freelance que, por no tener, no tienen ni cámara porque la alquilaban si conseguían un trabajo un día concreto; communities managers que solo contaban con un portátil y un móvil con conexión a internet y ahora asesoran a múltiples empresas de renombre… O menos de eso: gente que tenía tan solo una idea y consiguió que alguien creyera en ella y la hiciera realidad aportando el dinero que era necesario para crearla. Multitud de casos de valientes emprendedores en comunicación que lo consiguieron. Como muestra, un botón. O varios botones. Veremos algunos ejemplos reales en las próximas páginas. [Fuente: Cap. 1 de la obra reseñada]

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Referencia

Gloria Jiménez-Marín, Rodrigo Elías Zambrano. Emprender en comunicación. Ediciones Pirámide. ISBN 978-84-368-4634-8